S.O.S. Venezuela Crisis

How to Help On Venezuela’s Humanitarian Crisis
In Venezuela today, no independent government institutions remain to act as a check on executive power. The Venezuelan government—under Maduro and previously under Chávez—has stacked the courts with judges who make no pretense of independence.
Due to severe shortages of medicines, medical supplies, and food, many Venezuelans cannot adequately feed their families or access the most basic healthcare. In response to the human rights and humanitarian crisis, hundreds of thousands of Venezuelans are fleeing the country.
Other persistent concerns include poor prison conditions, impunity for human rights violations, and harassment by government officials of human rights defenders and independent media outlets.
Las crisis humanitarias y los campos de refugiados no son parte de la imagen de América Latina en el mundo. Siendo una región de ingresos medianos con una clase media en crecimiento, se supone que América Latina es mucho mejor que eso. La imagen alternativa: miles de refugiados, una economía destruida y gente al borde del hambre, es chocante. También puede ser una de las razones por las cuales el mundo recién ahora está despertando al hecho de que Venezuela, que tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo, está colapsando.
Los indicadores sociales se han precipitado hasta el punto de que los pares globales de Venezuela son en su mayoría países devastados por la guerra, como Siria y Yemen. El crimen callejero se ha disparado. Caracas se ha convertido en la ciudad más peligrosa del mundo.
Pero Venezuela no ha sufrido una invasión o una guerra civil. De hecho, la única guerra que la nación ha visto en los últimos tiempos es la guerra económica a la que el propio gobierno del país ha sometido a su pueblo.
La incapacidad de Venezuela para controlar el comercio ilegal de drogas, con informes de altos funcionarios activamente involucrados, también perjudica a las naciones de América Central y del Caribe, minando las frágiles instituciones democráticas en países mal equipados para enfrentar esos desafíos.
Decenas de miles de ciudadanos venezolanos cruzan diariamente la frontera hacia Colombia, Brasil y Guyana, o llegan a diversas islas del Caribe como Aruba y Curazao. Sin trabajo, alimentos o medios de subsistencia, están a merced de sus vecinos, que tienen poca capacidad para manejar flujos de personas tan inmensos. Si bien las Naciones Unidas aún no les han ofrecido el estatuto de refugiados, se están realizando llamamientos internacionales para que lo haga.
Este escenario completamente predecible se ha estado edificando por años. Como dijo John Kennedy una vez, el momento de reparar el techo es cuando brilla el sol.

