
Disfraz jurídico antiuniversitario, por Gioconda Cunto de San Blas

Con esas decisiones el TSJ se pone una vez más de espaldas a la Constitución de 1999, (“la mejor constitución del mundo” ¿recuerdan?), documento que consagra, como nunca antes, el principio autonómico universitario de darse su propio gobierno a través del Claustro Universitario.
Para esto es necesario que toda la comunidad universitaria esté cohesionada hacia ese objetivo. ¿Estarán los estudiantes, empleados y obreros dispuestos a renunciar a lo que podrían interpretar equivocadamente como una oportunidad de participación y no como lo que verdaderamente es, una oferta engañosa más, un intento totalitario del régimen de usarlos como peones para apropiarse de los últimos reductos de pensamiento libre? Ya se ha hecho en otros institutos de investigación científica.
Vivimos tiempos en que no vale el silencio cómplice o el mirar hacia otro lado. Es obligación nuestra luchar de manera cohesionada, unitaria, por la defensa de la libertad y la democracia en todos los terrenos de la vida nacional. Ya decía Desmond Tutu, Premio Nobel de la Paz: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.
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